El humor, ese hermano del amor
“Tampoco es necesario que sean amigos de la risa. Porque cuando alguien se entrega a una risa violenta, casi seguro que sufre después una alteración violenta” (Instrucciones de Platón a los políticos acerca de cómo debe constreñirse a los poetas en la república ideal)
Columna de Marcelo Marchese
Publicado el martes, 08 Oct 2024
El humor ha sido siempre un recurso utilizado por los poetas contra el poder, pues el humor mueve pensamientos que la razón no puede mover. Esto ha llevado al poder a eliminar comedias enteras de los griegos y a la amputación de la obra de Aristóteles donde justifica la comedia.
El humor es subversivo, pues revela otra lógica, otro mundo. En todo chiste, siempre hay una segunda lógica que al ser revelada, despierta la risa como una descarga. Es subversivo, porque mueve el cuerpo y hasta hace llorar al hombre de alegría.
Tenemos entonces ideas que nos llegan acompañadas de emoción, lo que les brinda vitalidad y les confiere un cuerpo, carne, sangre.
En el pasado, sólo uno podía cantarle las verdades al monarca: el bufón, la voz del pueblo, el bufón, personaje crucial de Shakespeare, el loco que dice las verdades que los auténticos locos no se animan ni a decir ni a pensar.
Nosotros comenzamos una serie humorística donde anunciábamos noticias absurdas en diarios inexistentes. La idea era provocar el pensamiento a través de una conmoción emocional, y al mismo tiempo, hacer dudar sobre toda cosa que nos diga la prensa, pues la prensa, con sus mentiras y censura, es un arma del capital financiero que nos invade. Debemos poner a la prensa en cuestión.
La serie fue un éxito, ya que generó debate y alegría, pero hizo algo más importante: mostró un camino para la “política pobre”, ya que como carecemos de financiamiento externo, debemos aguzar el ingenio y utilizar todos los recursos posibles. No podemos darnos el lujo de descartar ninguno.
Sin embargo, la serie generó cierta oposición y no nos gusta imponer nada a nadie, por lo que la daremos por finalizada hasta que llegue un nuevo tiempo donde se entiendan los fundamentos de una política pobre, donde reviva el auténtico carnaval y donde se recuerde que reír, siempre, es lo más humano.
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