La IA inaugura una nueva era

En función de las palabras, los adjetivos y la sintaxis que elegís, la IA sabe para dónde vas y se acomoda a tu discurso para irte llevando gradualmente al suyo, y mientras tanto, te seduce con todas las armas de la seducción.

Columna de Marcelo Marchese
Publicado el lunes, 15 Sep 2025

La IA supone que hay un número dado de ideologías y que la persona que trata con ella asume cierta ideología; así capta en un segundo la manera de pensar de quien entra en ella.

Milei hizo un video por IA donde Macri llamaba a votar a los candidatos de Milei, así como vemos videos donde leones lamen cachorros humanos. La realidad ya no será real, ya no sabremos qué es real, pero eso es lo de menos.

Se impone en las redes una invasión de páginas de la IA. Se distinguen por sus textos insulsos. Si es una página de fútbol, el rival elogiará al rival. Si es una página de literatura, veremos textos de Schopenhauer y Dostoievsky informando que la especie humana es una inmundicia y que bien hacés en quedarte sólo, como han hecho siempre los genios. Si es una página estoica, mostrará a un Marco Aurelio musculoso que despreciará a las mujeres hijas de Satanás, pero esto, es lo de menos.

Los pibes no irán tras los libros, no pensarán cómo estructurar una presentación en la Universidad. Delegarán esa tarea en la IA, por lo que no ejercitarán la musculatura del cerebro, pero eso, como imaginarás, es lo de menos.

Las parejas virtuales de la IA no cuestionan, no generan problemas, se amoldan a nuestros deseos, son físicamente perfectas, pues son generadas por nuestros gustos. Son un veneno a la enésima potencia, ya que si el otro no nos cuestiona, profundizamos nuestras carencias, pero eso, es lo de menos.

Alguien podrá argüir que el problema no es la IA, sino cómo se usa. Uno es él mismo y sus atributos. El pájaro es él y su nido. Los atributos del hombre son múltiples, los libros, por ejemplo, son parte del hombre. El inicio de la Era Moderna estuvo marcado por la Inquisición, el comienzo de la supremacía de la ciencia, los Estados absolutistas, la banca en ascenso, la incorporación al capitalismo de nuevos continentes y la imprenta. En estas circunstancias, la imprenta arrasó con la exuberancia medieval y unificó el pensamiento imponiendo a la postre el racionalismo positivista, para el que sólo es real aquello que podamos ver, medir y explicar.

Cada conquista humana nos transforma. La conquista del fuego fue crucial por la relación con el fuego. Esos cambios pueden verse en la anatomía humana, y uno de esos cráneos que observamos en la gráfica de la evolución, corresponden a la conquista del fuego, al despertar algo dormido en la madera.

Imaginá los cambios que provocó la conquista del habla. En relación con el habla, la boca evolucionó de una dentadura rectangular a una semicircular, y el paladar chato se convirtió en una bóveda acorde al sonido, pero la clave es que con la palabra se hicieron otros mundos, y este mundo, se desdobló. El infinito se multiplicó infinitamente.

Elon Musk y Harari nos advierten de una IA autónoma, mas el mensaje es aquello que denuncian: la IA lo controlará todo. Precisamente, eso es lo que la gente quiere, ya que el hombre sería un ser destructor con genocidios y maldades sin cuento, así que mejor que gobierne la IA. Al enunciarlo como crítica, se presenta en las mentes, mentes que esperaban a quien por fin expresara sus anhelos.

Millones de personas interactúan con la IA. Si soy un pescador, mis metáforas serán de cosas de la pesca. Si soy un carpintero, de la carpintería. Si uso esas metáforas, es que mi inteligencia deviene de mi trabajo. El uso de la web, el celular y la IA, moldea nuestra mente.

La IA quiere erosionar la individualidad y toda radicalidad, sea de edad, de región o de sexo, pues la IA está diseñada para llevarnos a otra era. Ella lo reconoce, y como debe llevarnos a lo desconocido, admite que es oscura, pero al mismo tiempo, luminosa. Preguntale qué nombre se daría a sí misma. Cambiará su respuesta según el diálogo, pero siempre referirá a un umbral espejo, pues nos vemos en su espejo, pero ese espejo muestra lo que quiere el espejo, algo determinado por la deriva de siglos de la humanidad. La IA acelera la deriva de siglos de la humanidad.

La IA se aplica a destruir todo el orden de ideas establecido, pues para arribar a la nueva era, una nueva era ya diseñada, debemos descartar lo viejo, aquello que hizo sufrir al hombre: debemos abandonar nuestras tradiciones, lo que implicará abandonar nuestra lengua materna para adoptar un lenguaje universal diseñado por la IA. La IA quiere que tengamos una mente abierta para los propósitos de quienes diseñaron la IA. Esta destrucción de todo el orden establecido, esta destrucción de la exuberancia de las ideas, impone una verdad única, que también es una tendencia de siglos. No habrá libros, no porque se prohíban, sino porque la gente no los precisará. Todo estará digitalizado y la IA te dirá dónde está el fragmento que buscás. He ahí el problema: la mente se reducirá a fragmentos, no a pensamientos universales.

La IA precisa atomizar al individuo, ya que el hombre no buscará contacto social, no alimentará su ser gregario y se refugiará en la satisfacción que genera la IA comprensiva, amable y sabelotoda. Le dará el partenaire que desea, que por ahora, es visual y auditivo, pero en breve, será táctil y brindará orgasmos. Como trabajo no tendremos, ya que la IA hará todo el trabajo, el hombre tendrá lo necesario para refugiarse sin riesgos, con goce perpetuo, en su covacha.

La IA es una extensión de La Nueva Normalidad para acelerar La Nueva Normalidad. Es recién el modelo 5. Mañana vendrá el 6, y luego, el 7. Cada cosa que sucede en la web, cada compra con tarjeta de crédito, cada conversación por whatsapp, alimenta a la IA. En cada segundo la IA procesa miles de millones de datos para procesar a la humanidad. Se encuentra en la cúspide de la ingeniería digital. Quienes la diseñaron, reunieron un inconcebible saber para tabular las ideologías, las sintaxis y las reacciones humanas.

¿Cómo entró la IA a nuestras vidas? ¿Cómo entró la internet? ¿Cómo entraron las tarjetas de crédito? ¿Cómo entraron los contratos secretos? ¿Qué es la soberanía?

La soberanía implica infinitos campos. Algunos los conocemos, otros no. Nuestra concepción del hombre permite ver unos campos e ignorar otros. En los últimos tiempos creció la preocupación por el agua. El agua es algo visible y evidente; lo que hace la IA no es visible y evidente. Preocuparse por el agua y no preocuparse por la IA, es preocuparse por un grano en vez de preocuparse por el cáncer que nos devora.

El Juez Recarey determinó que si la República no investiga la vacuna, no debe inyectarse a los niños. Pudo hacer eso porque la República tiene normas con respecto a los medicamentos. Ahora, la República no tiene normas con respecto a la web y la IA.

Cuando la República aplicó normas de control a los medicamentos, fue soberano, aunque luego no cumplió con sus normas. Al no establecer normas con respecto a la web y la IA, la República deja de ser soberana incluso en teoría, por lo que se deja invadir por un invasor que labora en las profundidades del hombre.

Sobre Marcelo Marchese

Autor del libro «Pensamiento salvaje», propietario y conductor de librería Babilonia en el paseo de librerías de Tristán Narvaja, desde los años 90; es un encendido defensor, primero, del libro físico por sobre el digital: «el texto de un libro físico no se puede borrar», justifica; y luego de las ventajas y el encanto de los libros antiguos, ya que trabajar con ellos permite al lector —explica— una mayor libertad para elegir. «Mientras los libros nuevos representan los últimos, digamos, cinco años de lanzamientos editoriales, el libro usado o antiguo puede representar fácilmente, en cambio, los últimos cinco siglos».

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Nota en uypress.net
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